CÓMO LA ULTRADERECHA EXPLOTA LAS PERIFERIAS: LE PEN Y LAS ELECCIONES LOCALES COMO EJEMPLO

febrero 2, 2020

 

HEMOS DEDICADO LAS ÚLTIMAS ENTRADAS DEL BLOG A “LA ESPAÑA VACIADA” Y A LAS PERIFERIAS EMERGENTES O CONSOLIDADAS.

Hemos visto así como estas últimas se han manifestado ya en las elecciones del 10-N y plantean tensiones territoriales nuevas, con propuestas de nuevas autonomías (una región leonesa) o creación de ciudades autónomas (La Línea). Asimismo, hemos advertido que esas periferias (los “lugares que no importan”, siguiendo a Andrés Rodríguez-Pose) manifestaban su protesta por su relegamiento votando a opciones populistas.

La ultraderecha contra las “megalópolis”

La estrategia de Marine Le Pen y su Reagrupamiento Nacional [RN] en vista a las futuras elecciones locales de 2020 pasa precisamente por explotar esta realidad. Lo recoge el blog francés Fragments sur les temps présents (de lectura imprescindible para público interesado en la ultraderecha), haciéndose eco de un artículo de Nicolas Lebourg. Según este reputado experto en la extrema derecha, la estrategia lepenista es la siguiente:

Ella [Marine Le Pen] defiende una «desmetropolización» y el «localismo». Las críticas a la ciudad mundial [ville-monde] de París (donde el RN no tiene ninguna opción electoral), más preocupada por las otras ciudades mundiales que por las francesas, le permiten abogar por un incentivo fiscal para reubicar empresas de metrópolis en zonas áreas abandonadas. Es una idea que le permite vincular las campañas municipales y presidenciales.

En suma, transforma su sociología electoral (clases trabajadoras del sector privado, áreas rurales, etc.) en el campo político de los outsiders de la globalización que ella conduciría contra la «nación start-up [emergente]» de Emmanuel Macron.

De este modo, lo que puede ser una campaña electoral poco atractiva se convierte en un combate épico contra la globalización (“el mundialismo” antinacional y la defensa de la Francia olvidada), una estrategia que el politólogo Xavier Crettiez denomina “escapismo revolucionario”.

Y es que Le Pen afirma que los comicios locales serán la ocasión para que emerja una nueva élite forjada en la política municipal para regenerar el país y detener el proceso de decadencia de grandes zonas territoriales ante la consolidación de urbes y regiones dinámicas (véase el discurso de Le Pen en la clausura de la convención nacional del RN para los comicios locales de 2020 de 12 de enero, especialmente a partir del minuto 10).

 

El trasfondo: la Francia periférica de los “chalecos amarillos”

Este combate electoral lepenista no puede comprenderse plenamente si no tenemos en cuenta la revuelta de los “chalecos amarillos” iniciada en octubre de 2018. Esta última fue una formidable protesta de la “Francia periférica” y su creciente abandono contra París como “ciudad global”.

Su estallido fue una sorpresa y lo motivaron decisiones aparentemente de poco calado, como el aumento del precio del combustible o una mayor limitación de la velocidad. Sin embargo, ello fue el precipitante de la revuelta de una Francia periférica que necesita el automóvil porque cada vez tiene más dificultades para disfrutar de servicios o acceder a un empleo.

Este proceso lo describió con claridad meridiana el geógrafo Christophe Guilluy en La France périphérique. Comme on a sacrifié les clases populaires (2014), de lectura necesaria para entender las cuestiones que planteamos en esta entrada y las precedentes.

Retrocede la polarización izquierda-derecha ante otra emergente: periferia perdedora-ciudad global

En síntesis, lo que refleja el discurso lepenista en los comicios locales es la importancia creciente de la brecha que se abre entre periferias insurgentes y que se resisten a enquistarse en la marginalidad y la red de urbes globales bien insertas en las redes de comunicación, conocimiento y economía global.

El lepenismo ya ha obtenido buenos réditos de ello, como señaló el politólogo Pascal Perrineau en La France au Front. Essai sur l’avenir du Front National (2014). Este subrayó la importancia de las fracturas territoriales en su voto.

¿Por qué dedicamos nuestra atención a esta cuestión? Porque es más que probable que las periferias emergentes españolas generen nuevas dinámicas políticas aún por contornear, pero que adquirirán importancia creciente a corto y medio plazo y articularán conexiones con opciones populistas de signo diverso.


TRES LECTURAS SOBRE LA “ESPAÑA VACIADA” Y SUS IMPLICACIONES POLÍTICAS Y SOCIALES

enero 26, 2020

Imagen de eldiario.es sobre «La España vaciada» de un interesante artículo sobre el tema.

 

EN NUESTRA ANTERIOR ENTRADA HEMOS ABORDADO LAS NUEVAS TENSIONES POLÍTICAS que está generando la llamada “España vaciada”, es decir, los territorios que sufren una despoblación difícil de revertir y que intentan hacer oír su voz.

Baste apuntar al respecto que -según previsiones de la División de Población de la ONU- un 28% de la población total de España en 2035 vivirá en Barcelona y Madrid, porcentaje que llegaría al 33% al sumar Valencia, Sevilla y Zaragoza con sus periferias. En esta entrada sugerimos tres lecturas de interés sobre esta cuestión, ya que consideramos que cada vez tendrá más peso en la vida política y social del país.

Sergio del Molino, La España vacía (2016)

Sergio del Molino, La España vacía. Viaje por un país que nunca fue (2016).

Excelente y premiado ensayo, bien escrito por un periodista nacido en 1979 y que a través de los viajes, datos y reflexiones del autor traza un sólido y buen retrato de la España que se despuebla. Muestra así como se configuran “dos Españas”, no en términos machadianos, sino de población, equipamientos y servicios: “Hay dos Españas: una urbana y europea, y una España interior y despoblada. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo, parecen países extranjeros el uno del otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía”, advierte. El éxito de la obra ha dado nombre al fenómeno de la “España vaciada”. Clicando aquí puede leerse algunas de sus páginas y aquí el autor presenta la obra.

Andrés Rodríguez-Pose, “La venganza de los lugares que no importan” (2018)

Andrés Rodríguez-Pose, “The revenge of the places that don’t matter” [La venganza de los lugares que no importan”] (2018).

Este estudio de un profesor de Geografía Económica de la prestigiosa London School of Economics [LSE] analiza cómo la situación de pobreza y declive económico que supone la despoblación ha creado periferias (“lugares que no importan”) cuya protesta se ha canalizado por una vía populista de “fuertes fundamentos territoriales, en lugar de sociales”, como han reflejado el Brexit o el acceso de Donald Trump a la presidencia de los EE.UU.. A partir de tales consideraciones subraya la necesidad de implementar políticas de desarrollo territorial. Puede verse en este articulo una síntesis de sus tesis y descargarse aquí su estudio en PDF.

«Periferias. Nuevas geografías del malestar”, Papeles, 147 (2020)

“Periferias. Nuevas geografías del malestar” es el tema central del número 147 (2020) de la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global de la FUHEM. La revista permite acceder on-line a algunos de sus artículos que ofrecen un estado de la cuestión interesante y reciente, notablemente la introducción de Santiago Álvarez Cantalapiedra. Este señala como la “pérdida de población ha dejado de ser exclusivamente un fenómeno rural y alcanza también a las capitales de provincia y de comarca, cuyos habitantes emigran hacia los grandes centros urbanos, dando paso al éxodo urbano de la población más cualificada hacia las ciudades globales”.


TERUEL EXISTE Y LA REGIÓN LEONESA: ESPAÑA NO SE ROMPE, PERO SE AGRIETA

enero 18, 2020

Ilustración de Leonard Beard para este artículo publicada en El Periódico.

 

LA MOCIÓN QUE APROBÓ EL AYUNTAMIENTO DE LEÓN para segregar a su provincia de Castilla y León y crear una región leonesa (con Zamora y Salamanca) refleja cómo las tensiones territoriales que hoy experimenta España responden a dos dinámicas: la crisis de la España autonómica y la insurgencia de territorios que rechazan convertirse en periferias. Veámoslo.

La crisis autonómica

El cuestionamiento del marco autonómico hoy se constata en varios ámbitos, como la petición de Vox de suprimirlo (que apoya el 15% del electorado), el arraigo del secesionismo en Catalunya o la creación de la coalición de Navarra Suma contra el nacionalismo vasco. Hasta ahora las críticas a las autonomías obedecían esencialmente a pugnas nacionalistas. Ahora la propuesta leonesa añade otra desde el regionalismo y recuerda que la división autonómica fue fruto de una relativa improvisación que consagró cinco comunidades provinciales (Madrid, Santander, Asturias, Murcia y La Rioja). Hubo decisiones discutidas, como la posible integración de La Rioja y Santander en Castilla o la creación de una autonomía segoviana. Igualmente, la Constitución plasma criterios dispares en las relaciones entre comunidades: una disposición transitoria permite que Navarra se incorpore al País Vasco, mientras su artículo 145 prohíbe la federación de comunidades, en alusión implícita a Catalunya, Valencia y las Baleares.

La rebelión de la periferia

Pero la demanda de una región leonesa va más allá de reivindicar una identidad regional al ser también una protesta ante la marginación territorial. De este modo, el alcalde de León, José Antonio Díez, afirma que su proposición rechaza el «enorme centralismo» generado por el PP, que ha apostado por «el desarrollo del eje Valladolid-Palencia-Burgos» en detrimento de su ciudad. El caso dista de ser único en tal sentido, como ilustra la reciente petición del alcalde de La Línea (70.000 habitantes), Juan Franco, para que su urbe sea ciudad autónoma como Ceuta y Melilla y no pertenezca a la comunidad andaluza. Justifica el cambio para actuar ante problemas como el paro, el déficit de infraestructuras o el impacto negativo del brexit (11.000 habitantes trabajan en Gibraltar) y del narcotráfico.

En este escenario, el diputado de Teruel Existe (TE) evidencia otro problema territorial: el de la España vaciada. La expresión procede del ensayo La España vacía (2016), de Sergio del Molino, que analizó cómo en el 53% de la superficie del país (Aragón, Extremadura y las dos Castillas, salvo Madrid) solo vive el 15,8% de población. La zona carece de grandes ciudades, a excepción de Zaragoza (con más de medio millón de habitantes) y Valladolid (con 300.000), y Teruel es, junto a Soria, la provincia más despoblada. La irrupción de TE, por tanto, no debería sorprender. Y es que el éxodo poblacional es alarmante en España, pues 1.851 municipios (el 25%) tienen ya más jubilados que trabajadores.

El mapa político se complica

Esta complejidad territorial se ha reflejado en 43 escaños de los comicios del 10-N: los 38 de nacionalistas catalanes, vascos, gallegos y canarios; los dos de Navarra Suma. uno de TE, otro valenciano de Compromís (asociado a Más País) y un tercero del Partido Regionalista de Cantabria.

En tal contexto, la suma de los votos de TE y Compromís a la investidura de Pedro Sánchez ha implicado que este asuma dos pactos sobre Presupuestos y población. Así, el apoyo turolense comporta el compromiso de negociar un pacto de Estado por «la repoblación y el reequilibrio territorial», crear un ministerio ad hoc y fijar una fórmula que dote de más fondos para infraestructuras a la España vaciada. A la vez, al obtener el apoyo de Compromís el Gobierno asume la cláusula introducida en el Estatuto valenciano en el 2019 que establece que la inversión del Estado en la comunidad debe ser proporcional al peso de su población en España (10.6%). Sánchez, por esta vía, ha admitido dos principios distintos: destinar más presupuesto a territorios despoblados y fijar presupuestos proporcionales a la población.

Lo expuesto apunta que las tiranteces territoriales en España transcienden las pugnas nacionalistas. Ahora van de la mano de actores de la España vaciada, como TE, o consistorios, como los de León y La Línea. Lo plasmó el juramento de la Constitución en el Congreso de Tomás Guitarte, el diputado turolense, al «exigir el equilibrio territorial que mandatan los artículos 138 y 139, para que no tengamos dos Españas, una desarrollada y otra vaciada». En suma, España por ahora no se rompe, pero se agrieta cada vez más.