EL POPULISMO QUE VIENE (116): RETROCESO ELECTORAL DE LA DERECHA POPULISTA SUIZA (SVP/UDC)

Cartel electoral del SVP/UDC, de la campaña electoral ya comentada en este blog.

EN LAS ELECCIONES SUIZAS CELEBRADAS EL DIA 23, la derecha populista encarnada por el SVP/UDC  ha experimentado un retroceso poro primera vez en 20 años, aunque su caída es solo del 3.6% y continúa siendo la mayor formación del país con un 25,3% de los votos.

Las causas de este descenso de apoyo en las urnas, según informa la web Swissinfo.ch  (la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión), serían dos y estarían estrechamente relacionadas. Por una parte, el ascenso que ha experimentado una escisión moderada del SVP surgida en el 2008,  el Bürgerlich-Demokratische Partei Schweiz  [Partido Burgués Democrático de Suiza, BDP], como resultado de tensiones internas vinculadas a la radicalización derechista de esta formación. Por otra parte, la eclosión de un fuerte voto de castigo a los partidos tradicionales, entre los que se cuenta el SVP, que han capitalizado sendas formaciones centristas, la BDP citada y los Verdes Liberales: la primera ha cosechado el 5.2% de los sufragios y la segunda ha pasado del 1.4% al 5.2%.

El partido socialista ha sido la única formación gubernamental que no ha conocido uan erosión electoral, mientras la izquierda ha quedado debilitada porque los Verdes han perdido 7 escaños en el Consejo Nacional (13, -1,6%) y «no parecen haber capitalizado los efectos de la catástrofe de Fukushima, contrariamente a los Verdes Liberales».

El PBD escindido de la SVP se ha beneficiado de un importante voto de castigo

A continuación reproducimos una entrevista de Swissinfo.ch al politólogo Georg Lutz (efectuada por Christian Raaflaub y traducida por Patricia Islas) que consideramos de interés por las claves interpretativas que ofrece.

Golpe para los grandes partidos

Los partidos tradicionales vieron un retroceso ayer en las elecciones legislativas, en beneficio de nuevas agrupaciones de centro.

El politólogo Georg Lutz considera que los partidos perdedores pagan la falta de flexibilidad durante sus campañas electorales.

La Unión Democrática de Centro (UDC), el principal partido de Suiza -conocido por su iniciativa contra los alminares y su discurso contra los extranjeros- obtuvo el 25,2% de los votos (-3,6% en comparación con las elecciones de 2007). ¿Le sorprendió este resultado?

Sí, me ha sorprendido. Si bien se esperaba un freno en la crecida de la UDC, fue sorpresiva esa marcada pérdida.

¿Por qué este franco retroceso de los votos para el principal partido suizo?

No solo la UDC, sino todos los grandes partidos de Suiza, se mantuvieron con un tono un tanto intransigente en sus temas propios, bajo un contexto de crisis económica y de un franco suizo fuerte. Puedo imaginarme que esa ha sido la razón del freno registrado en los votos a favor de esas agrupaciones políticas, sobre todo de la UDC, que solo se concentró en un único tema.

La izquierda no se hacía con tantos votos desde hace cuatro años. Ahora se frenó el crecimiento de la derecha. ¿Esto significa que la polarización política ha terminado?

Solo en parte. La UDC permanece como la principal fuerza política. Este partido tampoco se ha vuelto ni más moderado ni más taciturno en los últimos años. Y dudo que lo sea en el futuro próximo. También la izquierda mantiene su fuerza. No obstante, los polos no se reforzaron, sino al contrario, retrocedieron ligeramente. Sobre todo presenciamos una fragmentación de fuerzas de centro.

Un centro fragmentado, pero también más poderoso. ¿Qué repercusión tendrá este cambio en el Parlamento?

Supongo que será en general más difícil. A decir verdad, tenemos fuerzas moderadas que han aumentado y, que ya desde antes, se encargan de alcanzar mayorías. Pero esos partidos deben coordinarse entre ellos, lograr acuerdos. No siempre han tenido los mismos objetivos políticos. Deben sacar ventaja de ello, aunque repercutirá en los otros partidos de centro. Pero no pueden simplemente conformar un bloque unitario y decir que trabajan incondicionalmente juntos. También deben intentar marcar sus propias fronteras entre ellos, lo que no hará fácil el trabajo en el Parlamento.

El centro juega con frecuencia el papel de fiel en la balanza en las decisiones políticas. Se dice que es la fuerza política que hace avanzar hacia compromisos en el país. ¿Está de acuerdo con esto?

Sí, así ha resultado ya en el pasado y probablemente este papel se reforzará en el futuro. En los últimos 8 a 10 años, los partidos de centro han perdido seguridad, al ajustarse al tono que marcan los partidos en los polos, que son los que siempre han ganado. Ese temor de los partidos de centro, particularmente por la UDC, ha desaparecido ahora. Se ha visto que la UDC, pese a su muy fiel y laboriosa campaña en un tema central no le provocó rendimiento. Con ello cae parte del potencial amenazador de la UDC en el trabajo político diario.

Visto desde fuera, en realidad no se trata de un gran cambio en el espectro político, puesto que los siete principales partidos permanecen en sus posiciones. ¿Ese equilibrio político inmoviliza a Suiza?

No diría eso. El hecho de que haya muchas fuerzas ha sido siempre uno de los fuertes del trabajo en el gobierno, que a la vez permite en parte el juego oposicional. Esa fuerza ha disminuido fundamentalmente y marcará en el futuro a la política helvética.

¿Qué significa el cambio registrado en las elecciones parlamentarias para la elección, el 14 de diciembre, del Ejecutivo?

En mi opinión esto abre más el espectro. En Suiza, no se eligen en conjunto a los siete miembros del Ejecutivo. El sistema suizo prevé elecciones individuales, en las que se elige persona por persona. Es decir, se requiere obtener para cada puesto una mayoría. También la UDC debe encontrar una mayoría si busca ocupar la plaza que ahora ocupa Eveline Widmer-Schlumpf, del Partido Burgués Democrático (PBD- y quien la obtuvo aún antes de abandonar a la UDC, ndr). Con la nueva configuración, esto se ha vuelto más difícil para la UDC. Requiere también alcanzar una mayoría para las rondas subsecuentes de elección. De este modo, es posible que la composición política del gobierno permanezca igual que antes de las elecciones.

En Túnez, este fin de semana el 70% del electorado acudió a las urnas. En Suiza, apenas uno de cada dos ciudadanos votó. ¿Por qué ese desinterés aquí?

Por una parte, tenemos condiciones muy estables en Suiza. Los cambios fueron más bien mínimos, si se comparan a escala internacional. Tenemos un gobierno relativamente estable y los ciudadanos pueden acudir a las urnas para votar directamente sobre importantes cuestiones. Esos son los factores que explican las razones de la baja participación electoral en Suiza.

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